El nuevo chip de memoria de Samsung para celulares ha logrado lo que parecía imposible: consumir 96% menos energía

Samsung quiere sorprender en el CES 2026 con un anuncio que promete revolucionar el almacenamiento móvil: un nuevo tipo de memoria flash NAND capaz de reducir el consumo energético hasta en un 96%. Según un artículo de Nature, el avance se presenta como un hito para smartphones y dispositivos portátiles, donde cada miliwatt cuenta para extender la autonomía.

La compañía asegura que este salto se logra gracias al uso de transistores ferroeléctricos, un diseño que permite manejar las celdas de memoria con mucha menos energía que los transistores convencionales. En un mercado donde la eficiencia energética es tan importante como la velocidad, Samsung busca posicionarse como líder en la próxima generación de chips de almacenamiento.

¡Cómo funciona la nueva memoria flash NAND

La memoria flash NAND es el corazón del almacenamiento en smartphones, laptops y servidores. Funciona gracias a celdas que guardan datos mediante cargas eléctricas, y cada celda necesita transistores para leer o escribir información. El problema es que, conforme aumenta la capacidad y se añaden más capas en los chips, también crece el consumo de energía y la complejidad de su funcionamiento. Esto se vuelve crítico en dos frentes: los centros de datos que procesan cargas de inteligencia artificial y los dispositivos móviles que dependen de baterías limitadas.

Pues bien, Samsung asegura haber encontrado una solución con un diseño que promete reducir el gasto energético de estas memorias hasta en un 96%. De acuerdo con el artículo titulado «Ferroelectric transistors for low-power NAND flash memory«, el secreto está en los transistores ferroeléctricos, capaces de mantener su estado eléctrico sin necesidad de aplicar energía constante.

En términos prácticos, esto significa que las operaciones de escritura y borrado requieren menos corriente, lo que se traduce en un ahorro considerable de energía. Para la industria, este avance podría ser clave en un momento en que la eficiencia energética es tan valiosa como la velocidad.

El beneficio más evidente estaría en los smartphones, donde la memoria NAND es uno de los componentes que más energía consume durante tareas pesadas como grabar video en 4K, instalar aplicaciones o mover grandes archivos. Si la reducción de consumo se confirma fuera del laboratorio, los usuarios podrían disfrutar de dispositivos con mayor autonomía sin sacrificar rendimiento. En paralelo, los centros de datos que alimentan servicios de IA también ganarían, ya que cada watt ahorrado representa menos costos operativos y menor impacto ambiental.

Eso sí, todavía hay un largo camino por recorrer. Los resultados provienen de pruebas experimentales y no hay fecha concreta para su llegada al mercado. Por ahora, la industria seguirá avanzando con soluciones más inmediatas como el estándar UFS 5.0 en dispositivos móviles, mientras se espera que esta nueva generación de memorias logre pasar de la teoría a la producción masiva. Si lo consigue, el impacto sería enorme: desde teléfonos con baterías más duraderas hasta servidores capaces de manejar cargas de IA con un consumo mucho más eficiente.

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¿Un avance real o solo ruido de laboratorio?

Aunque el anuncio suena espectacular, algunos analistas y usuarios especializados han señalado que el ahorro de energía podría depender de condiciones muy específicas de laboratorio. En foros como Reddit, se cuestiona si el “hasta 96%” aplica a todas las operaciones de la NAND o solo a procesos concretos. Además, se recuerda que en un SSD o en la memoria de un smartphone, el controlador de memoria suele ser responsable de gran parte del consumo energético, lo que podría reducir el impacto práctico de este avance.

Otro punto crítico es que, para el usuario promedio, la prioridad suele ser la velocidad y la latencia más que el consumo energético de la memoria. En la última década, las mejoras en ancho de banda han sido suficientes para la mayoría de los casos de uso, mientras que la autonomía de los dispositivos depende de muchos otros factores como la pantalla, el procesador o la conectividad.

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Samsung presentará más detalles en el CES 2026, donde se espera que muestre prototipos y métricas más claras sobre cómo esta tecnología puede integrarse en smartphones y servidores. Si logra llevarla a producción masiva, podría marcar un antes y un después en la eficiencia energética del almacenamiento. Pero si se queda en pruebas de laboratorio, el impacto real será limitado.