ni Rescatando al soldado Ryan ni Apocalypse Now, esta es la película bélica definitiva, pero muchos olvidan que existe

Al hablar de cine bélico podemos mencionar decenas y decenas de filmes. Clásicos atemporales de la década de los 50, producciones de culto de los años 90, hasta filmes más recientes basados en hechos reales. Cualquiera que sea el caso, siempre habrá una opción para todos los gustos, pero muchas veces se olvida la existencia de esta joya escondida. 

No, nos referimos a Rescatando al soldado Ryan ni tampoco Apocalypse Now. Si bien ambas son dos grandes obras referentes del género, la cinta de la que platicaremos en esta ocasión no les pide nada al ser una oda a la acción así como una crítica a la moralidad de los soldados y al mismo ejército estadounidense. Hablamos de Pelotón.

Estrenada en 1986, Pelotón narra la historia de Chris Taylor, un soldado norteamericano inexperto que es enviado a la frontera entre Vietnam y Camboya para incorporarse a un pelotón de infantería. Al frente de batalla contra los vietnamitas, descubrirá no solo las crueldades de la guerra, sino también de sus propios compañeros de armas. 

Con Charlie Sheen en el papel principal, este metraje de dos horas no plasma el enaltecimiento del patriotismo estadounidense al presentar a los soldados como salvaguardas del mundo. Al contrario, los muestra como humanos capaces de ejercer crueldad al centrarse en sus miedos, su furia y sus dudas que revelan lo peor de sí mismos.

En general, no es un retrato histórico de cómo se vivió el conflicto en Vietnam, sino un campo psicológico donde, además de enfrentar el fuego enemigo, cada uno de los personajes libera su propia lucha interna. Con voz en off en primera persona, Sheen nos lleva en un viaje sobre la pérdida de inocencia en medio del caos y violencia sin propósito.

Su director, Oliver Stone, plasmó sus propias memorias durante el conflicto en los años 60 para narrar, casi a flor de piel, la deshumanización y la fractura interna tanto de su pelotón, como de su moralidad. A su vez, la dualidad entre sobrevivir a cualquier costo o la persistencia de la humanidad en medio del infierno. Sin discursos heroicos ni victorias épicas.

Si comparamos esta cinta con las otras dos antes mencionadas, se puede asimilar con Rescatando al soldado Ryan gracias a sus explosivas escenas de acción. Las ráfagas de balas y el envolvente sonido de explosiones se vuelven protagonistas. A su vez, también tiene ciertos paralelismos simbólicos con Apocalypse Now dada su representación de la locura que puede provocar la guerra en los soldados.

Sin embargo, su gran diferenciador radica en la presentación de la dinámica moral y psicológica. Aquí, más que mostrar el combate ultra realista o percepciones filosóficas, se inclina por un retrato íntimo y testimonial de lo que es estar al frente de batalla. En otras palabras, es como si un veterano nos leyera su diario. Opta por la experiencia cruda. 

Al referirnos que es la cinta bélica definitiva, no es tal cual que sea mejor que las otras en sentido estricto de la palabra. Claro que los gustos pueden dar favoritismo más a una que a otra. Más bien es que se posicionó como una de las mejores producciones de basadas en guerra. Lo anterior dado que, en contraste con las cintas de 1979 y 1998, Pelotón ganó el Oscar a Mejor Película, así como otras tres estatuillas de las ocho nominaciones totales.

El dato curioso. Además de presentar un elenco con grandes talentos como Johnny Depp, Forest Whitaker y Williem Dafoe, Sheen tomó una batuta simbólica-generacional. Su padre, Martin Sheen, protagonizó Apocalypse Now, el otro clásico sobre Vietnam. Hoy por hoy, Pelotón continúa como un referente del cine bélico y que bien vale la pena darle una oportunidad al encontrarla disponible en Netflix.