El gabinete de Trump se fue a una cena millonaria tras filtrar sin querer su plan de atacar Yemen

Poco después de que altos funcionarios de la administración Trump discutieran y celebraran el bombardeo de Yemen en un chat de grupo encriptado que, sin que ellos lo supieran, incluía al redactor jefe de The Atlantic, un subconjunto del grupo se dio un festín en una opulenta cena secreta con el presidente en la que se pidió a los invitados que pagaran un millón de dólares cada uno para obtener un asiento.

Una noche muy especial

La cita era el sábado 15 de marzo. El presidente Donald Trump estaba en su finca de Mar-a-Lago asistiendo a una cena «a la luz de las velas» que no figuraba en su agenda pública. En el césped exterior se exhibían autos de lujo: un Rolls Royce estaba estacionado cerca de un Bugatti y un Lamborghini. Los invitados se arremolinaban, fotografiándose unos a otros y a los vehículos. Ese mismo día, Estados Unidos había bombardeado Yemen contra los líderes hutíes. Al menos 53 personas, incluidos niños, murieron.

Trump voló al evento en el Air Force One con Elon Musk y X, el hijo de cuatro años de Musk, según fotos y videos vistos por WIRED. Durante todo el fin de semana, Musk estuvo en estrecho contacto con Trump y con al menos un miembro del grupo de expertos del presidente que participaba en un chat de grupo de Signal en el que se compartían detalles muy sensibles de la operación planeada. Los expertos dicen que la conversación parece haber violado los protocolos gubernamentales sobre el intercambio de información.

Entre los asistentes a la cena a la luz de las velas se encontraban el asesor de seguridad nacional Michael Waltz y el jefe adjunto de personal de política de la Casa Blanca Stephen Miller, según una fuente familiarizada con los acontecimientos. El secretario de Estado Marco Rubio también estuvo presente en Mar-a-Lago durante el fin de semana, según una fotografía del día siguiente vista por WIRED y confirmada por una fuente familiarizada con los acontecimientos.

La bomba de Signal y el MAL

Los detalles del fiasco del grupo Signal surgieron porque en los días previos al atentado, un handle con el nombre de Michael Waltz había añadido accidentalmente a Jeffrey Goldberg, redactor jefe de The Atlantic a un chat, titulado «Houthi PC small group». (Probablemente pretendía añadir al representante comercial estadounidense Jamieson Greer, que tiene las mismas iniciales). En un reportaje bomba, The Atlantic informó sobre la discusión extraoficial de planes para bombardear Yemen. Waltz, Rubio y Miller parecían estar en el grupo Signal y, según los intercambios de mensajes de los que informó Goldberg, participaban activamente en el chat antes del bombardeo. Algunos de los miembros del grupo aparecían solo por sus iniciales.

El día anterior a la cena, los funcionarios discutieron si debían proceder con el bombardeo, debido, entre otras cosas, al potencial impacto económico del ataque aéreo. The Atlantic informó que el vicepresidente JD Vance, que también apareció en la charla de Signal, expresó al grupo que pensaba que los ataques aéreos eran un «error».

Según la información de The Atlantic, Miller, a quien se refieren dentro de Trumpworld como «PM», abreviatura de primer ministro, efectivamente acalló la preocupación de Vance. «Tal y como lo escuché, el presidente fue claro: luz verde», escribió en el chat una cuenta con las iniciales de Miller, según The Atlantic. El sábado, a la 1:48, la cuenta de Waltz y luego otras enviaron mensajes al grupo. «Un trabajo increíble», escribió Waltz. «Un buen comienzo», escribió una cuenta con el nombre de John Ratcliffe, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Una persona que se hacía llamar «MAR» en el chat, identificada por The Atlantic como probablemente «Marco Antonio Rubio», escribió «¡Buen trabajo Pete y tu equipo!», refiriéndose a Pete Hegseth, secretario de Defensa. Waltz respondió después «El equipo en MAL hizo un gran trabajo también», refiriéndose al equipo posicionado en Mar-a-Lago, que incluía a Miller, Waltz y Rubio. El equipo de Trump utiliza desde hace tiempo la abreviatura MAL para referirse a Mar-a-Lago.